Se conoce como llanura o planicie al área geográfica plana o cuya ondulación es inferior a los 150 metros de altura sobre el nivel del mar. Si presentara una mayor elevación, estaríamos ante una meseta. Las llanuras suponen cerca del 55% de la superficie continental y un 40% del fondo del terreno que compone el lecho oceánico. La que se encuentra en el fondo del océano recibe el nombre de llanura abisal o plataforma y tiene una profundidad que va de los 2.200 a los 5.500 m. En el caso de las llanuras de la superficie terrestre, su origen proviene de las antiguas rocas que eran parte de los interiores estables de los continentes. Son el resultado de millones de años de erosión.
Existen distintos tipos de llanuras, como las pedillanuras, las penillanuras, las llanuras de corrosión, las panllanuras, las plataformas litorales y las superficies de crioaplanamiento.
Las pedillanuras son superficies que surgen a partir del retroceso de escarpes y la pedimentación (la formación de plataformas cóncavas con pendientes suaves a pies de laderas abruptas). Las penillanuras, en cambio, son superficies que casi no presentan accidentes topográficos.
Las llanuras de corrosión derivan de otras llanuras ya preexistentes, surgiendo tras procesos de meteorización química y el desmantelamiento del material erosionado. Las panllanuras abarcan a las superficies planas que aparecen como consecuencia de la unión de llanuras aluviales, mientras que las plataformas litorales son las creadas por la acción erosiva del oleaje.
Por últimos, las superficies de crioplanación son desarrolladas con la deposición del material meteorizado en depresiones.
Con todo esto queda en evidencia que la calidad del terreno en una llanura varía de acuerdo al tipo de suelo que la conforma, siendo algunas de inmensas cualidades de fertilidad y otras de fertilidad escasa. Algunas de las llanuras más famosas del planeta son “Valle del Po” (Italia), “Llanura costera del golfo” (México), “Llanura Pampeana” (Argentina), “Sabana Made” (Venezuela) y “Llanura de la Mancha” (España).
Diferencias entre la llanura y el valle
Así como una llanura se asemeja en algunas cosas a la meseta, también tiene similitudes con los valles, aunque claramente son dos accidentes geográficos diferentes.
Llanura En un terreno llano pueden existir ciertas elevaciones pero entre la altura de éstas y la del resto del territorio no puede haber mucha diferencia. Esas elevaciones dentro de un terreno llano reciben diversos nombres de acuerdo a sus características, pueden ser colinas, oteros o lomas.
A su vez, como ya lo hemos dicho, pueden presentarse mesetas (tienen una cierta altura y cuentan con una abundancia de pastizales y poca vegetación arbórea) y depresiones (se perciben como pequeños desniveles del terreno que quedan rodeados por la montaña; cuentan con una extensa vegetación y suelen ser muy fértiles).
Dentro de las diversas depresiones existe una clasificación muy particular que es la de los valles. Éstos se caracterizan por ser partes bajas y llanas de terreno enclaustrado entre las montañas a una altura menor que el resto de las tierras colindantes y de diámetros alargados. A su vez se encuentran aislados del resto de los territorios y la única forma de acceso a ellos son los llamados puertos de montaña, que son senderos marcados por el deshielo que se utilizan para el tránsito.
De todas formas, seguramente una de las característica fundamentales de los valles es su gran fertilidad, posiblemente alimentada por ese difícil acceso y por la alimentación de ríos y arroyos que bajan desde la montaña propiciándole el agua necesaria para la proliferación de toda clase de vegetación.