Las montañas y sus formas de vida
Las diferentes montañas del mundo poseen relieves y climas particulares que condicionan la vida de animales y plantas.
Las montañas son elevaciones naturales del terreno de más de 600 metros de altura con pendientes empinadas o elevaciones de más de 2.000 metros sin tener en cuenta la pendiente. A pesar de que se las considera como ambientes hostiles, escarpados y alejados de la mayoría de la población humana, pueblos como los incas, tiahuanacos, kurdos y tibetanos han habitado en esta clase de ambientes durante mucho tiempo. Las montañas cubren el 20 por ciento de la superficie terrestre pero en ellas solo vive el 10 por ciento de la población mundial. Son muy importantes en la meteorología e hidrología de muchas regiones y atraen a un importante número de turistas anualmente, según comentan David Briggs, Peter Smithson, Kennet Addision y Ken Atkinson en Fundamentals of the Physical Environment.
Principales sistemas montañosos
Las montañas son formaciones de relieve caracterizadas por altos niveles de energía debido a sus orígenes. Se extienden desde los polos hasta el ecuador en ambas latitudes. La tectónica de placas determina su distribución en las distintas regiones. Los más importantes, según los mencionados autores, son: la Cordillera de los Andes, las Montañas Rocosas, la Cadena Costera del Pacífico, los Pirineos, los Alpes, la Cordillera del Himalaya y los Alpes del Sur.
Aspectos meteorológicos y climáticos
Por medio de una serie de parámetros meteorológicos expuestos a distintos niveles de altura se pueden obtener conclusiones importantes sobre el comportamiento de la atmósfera. De esta forma, la presión, la densidad, la temperatura, la humedad absoluta y la presión de vapor disminuyen a medida que aumenta la altura. Por el contrario, la radiación de onda corta es directamente proporcional a la altura, según observaciones publicadas en Fundamentals of the Physical Environment.
Por otra parte, según la citada obra, las montañas a través de sus diferentes aspectos, inclinaciones y topografía ejercen influencia sobre la trayectoria de la radiación solar y los vientos. Las montañas pueden crear sus propias condiciones climáticas. Debido a que pueden actuar como fuentes de humedad y calor establecen dos zonas bien diferenciadas. Una de ellas es la atmósfera montañosa y la otra la constituye el resto de la atmósfera que está más arriba. Además, normalmente están asociadas con las precipitaciones orográficas.
Vegetación montañosa
Los bosques de altura están sujetos a los bajos niveles de temperatura y humedad. En las regiones tropicales las temperaturas de verano determinan la altura máxima de la cobertura boscosa. Algunas de las plantas que predominan son el roble, el haya y el pino. En las zonas de climas frescos se pueden ver en las laderas de las montañas ejemplares de abetos, alerces y abedules. Las zonas de poca humedad albergan a comunidades de árboles adaptadas a condiciones de aridez como ciertas especies de pinos, según Fundamentals of the Physical Environment.
Fauna de altura
La presión atmosférica a grandes alturas es considerablemente menor que a nivel del mar. Esto hace que la presión parcial de oxígeno sea también más baja. Los animales que viven en esta clase de ambientes tienen una alta afinidad por el oxígeno en la hemoglobina de su sangre. Así, animales como la llama, que habita en Los Andes, tiene la sangre capacitada para captar oxígeno a bajas presiones atmosféricas. Esta adaptación a la altura es algo que el animal adquiere al nacer, ya que un animal de esta especie en un zoológico situado a nivel del mar presenta también un alto nivel de afinidad por el oxígeno en la hemoglobina. Además del citado caso, otros animales presentan esta característica en su sangre. Por ejemplo, el ánsar indio (Anser indicus) que suele volar por las alturas de la Cordillera del Himalaya, durante su migración desde Siberia, donde se reproduce, hasta India, lugar donde pasa el invierno, tiene una P 50 alrededor de 10 mm de Hg más baja que la de ejemplares similares que habitan en alturas medias, lo que explica una más elevada afinidad por el oxígeno en la sangre, explica Knut Schmidt-Nielsen en Animal Physiology.
Los insectos también se han adaptado a las condiciones que les imponen las alturas. Muchos escarabajos y saltamontes son capaces de enfrentarse a fuertes vientos, tormentas de verano y cortas estaciones de crecimiento. Los saltamontes que habitan en estos ambientes, por lo general, no poseen alas, lo cual parece coherente si se tiene en cuenta que las corrientes de aire son fuertes y podrían ponerlos en riesgo. Por otra parte, estas regiones no son abundantes en alimento, el cual es esencial para el desarrollo de las alas. Los Andes están habitados por escasa cantidad de insectos debido a su constante sequía y escasa vegetación. Sobresalen algunas especies de mariposas y saltamontes, como por ejemplo los pertenecientes a la familia Proscopiidae. Además, en estas regiones, viven abejas de color pardo rojizo. Estos animales presentan una cubierta afelpada que les permite permanecer activos a bajas temperaturas, según Ken y Rod Preston-Mafham en The Natural World of Bugs and Insects.
Suelos de montaña
Los suelos de montaña están fuertemente influenciados por las muy frecuentes y abruptas pendientes, lo cual lleva a que el ritmo de pérdida de suelo sea mayor que el de formación del mismo. Como consecuencia se producen suelos poco profundos provistos de un horizonte superficial con algo de materia orgánica, de grosores variados que descansan sobre la roca, según Freddy Nachtergaele en Mountain Soils.
Los tres tipos de suelo, según expone Nachtergaele, son: leptosoles, regosoles y andosoles.
Los primeros se caracterizan por tener poca profundidad y poco volumen. Esto último los hace susceptibles a la sequía, pero también a inundaciones y escorrentías.
Los regosoles tienen un perfil poco desarrollado y reflejan el desgaste de la roca madre en la cual se han desarrollado. Son más profundos que los anteriores y su horizonte superior es delgado y pobre en materia orgánica. Suelen estar cubiertos de vegetación.
Los andosoles se forman a partir de materiales volcánicos. Por lo general, presentan una consistencia suave, alta porosidad, color oscuro y gran permeabilidad. Además, pueden almacenar gran cantidad de humedad y son ricos en nutrientes. Se los localiza en áreas de terremotos y volcanes.