La Europa del año 1000

La Europa del año 1000

Tema del mapa mostrado en la imagen es la distribución espacial de los reinos europeos a inicios del segundo milenio d.C., en la Plena Edad Media. Esta distribución espacial será consecuencia de las llamadas “segundas invasiones” y conllevará que se forme un nuevo espacio europeo con mayor estabilidad que en siglos anteriores y donde se consolidará el feudalismo. En el año 843 se produce la división del Imperio Carolingio, un intento de volver a formar el Imperio Romano de Occidente. Ello trae como consecuencia una crisis interna en el antiguo reino de Carlomagno que creará luchas constantes e inseguridad general. El poder centralizado en manos del rey disminuyó a favor de una nobleza local.

De forma paralela, pero casi como consecuencia de la crisis reinante en Europa, surgen las llamadas “segundas invasiones” bárbaras. Fueron movimientos migratorios de pueblos de la “periferia” hacia el antiguo Imperio Carolingio, que hasta entonces habían permanecido ajenos a la historia. Estos “invasores” fueron los normandos, los sarracenos, magiares y eslavos.

Como consecuencia de las segundas invasiones se producirán nuevos asentamientos en Europa provocados por estos movimientos migratorios e invasiones de los pueblos de la “periferia”. Adicionalmente se produciría una transformación de la sociedad, debido al auge del poder de la nobleza, dando origen al régimen feudal y al nacimiento de nuevos poderes locales.

La nueva distribución espacial en Europa se puede observar en el mapa anterior:

En el Norte tenemos los reinos de Suecia, Noruega y Dinamarca. De estos reinos periféricos surgirían las invasiones de normandos, daneses y suecos (Varegos). La cristianización de estos pueblos se produciría a partir del año 1000, como consecuencia de la toma de contacto con el resto de Europa. Dinamarca obtendría el control de la zona al someter al reino de Noruega.

En el año 1000 Gran Bretaña permanecía aun en manos anglosajonas, pero como consecuencia de estas incursiones de los pueblos de la “periferia”, los normandos obtendrán el poder de la isla en el año 1066. Un caso similar pasó en Irlanda, donde los normandos irán asentándose paulatinamente en la isla hasta obtener el control definitivo.

En el continente europeo, el reino de Francia seguía sumergido y estaba fragmentado en multitud de pequeños condados que realizaban guerras entre ellos. Este debilitamiento fue aprovechado por los normandos que ocuparon un territorio en el NE de Francia, llamado posteriormente Normandía. El Reino de Borgoña, antiguo territorio de los burgundios estaría más en la órbita del reino germano. Por otro lado, las antiguas marcas carolingias de la península Ibérica se independizaron y formaron estados propios, siendo importante a principios de milenio el Reino de Navarra. Asimismo, se consolidaron pequeños reinos cristianos en el Norte (Castilla o León) que surgieron tras la invasión musulmana de la península trescientos años antes.

En el centro de Europa tenemos al Sacro Imperio Romano Germánico, que a través de Otón I buscaba la restauración del poder imperial bajo la bendición de la Iglesia Católica, al igual que hiciera Carlomagno. Se convertía así en el poder más importante en la Europa continental, aunando multitud de pequeños estados y garantizando una cierta estabilidad en los siglos posteriores. La Iglesia Católica tendría en la península itálica las posesiones del patrimonio de San Pedro. En el Sur de Italia, durante un lapso de tiempo, los sarracenos conquistarían el territorio y la isla de Sicilia, hasta que los normandos lo conquistarían a mitad del siglo XI.

En Europa del Este surgirían nuevos reinos causados por el asentamiento de los pueblos causantes de las “segundas invasiones”. Los eslavos formaron el reino de Polonia, así como otros estados menores como Croacia o Serbia. La mezcla entre Varegos y eslavos formaron el principado de Kiev en el Norte del Mar Negro, antecedente de Rusia. Por otro lado la mezcla entre eslavos y búlgaros formó el reino de Bulgaria. Finalmente, los magiares, que provenían de las estepas, avanzaron hasta el centro de Europa y tras continuos ataques a los debilitados reinos de Centroeuropa, se cristianizaron y se asentaron formando el Reino de Hungría.

Conclusión

En definitiva, tras las invasiones y movimientos acaecidos a finales del primer milenio e inicios del segundo, se produjo un nuevo panorama político en Europa. Tras la consolidación de la distribución espacial, existirá una estabilización política y social de estos reinos. Ello ayudará a un posterior resurgimiento del comercio en Europa y un crecimiento de las ciudades durante los siglos posteriores. Por otro lado, se producirá un auge en el feudalismo en detrimento del poder centralizado en manos del rey.

Fuera de Europa, el Imperio Bizantino era realmente la potencia económica y cultural de aquella época, encontrándose en una situación privilegiada respecto al resto de Europa. En el mundo musulmán la decadencia abasí en el siglo X provocó la fragmentación del califato, destacando el califato Omeya de Al-Andalus y el poder de los fatimíes en el NE de África y en la franja sirio-jordana.

Los hechos que rodearon a la Europa del año 1000 tienen una gran relevancia histórica ya que de esa redistribución espacial y consolidación de diversos reinos surgirán estados que todavía perduran en la actualidad, con gran parecido en la distribución de las poblaciones actuales con las de hace mil años.