Como su nombre, en griego, lo indica (meso-en medio; potamos-río) ;Mesopotamia es una región entre ríos: el Tigris y el Eufrates. Fue sede de una civilización que se desarrolló simultáneamente a la egipcia.
La parte norte recibió el nombre de Asiria y la del su. Caldea. Toda la región se llamó Mesopotamia. La historia de Mesopotamia es más compleja que la egipcia. Aquella región fue ocupada por distintos pueblos.
Hace más de 6.000 años se habían establecido los sumerios cuya capital fue Ur, al Sur. Posteriormente, penetraron por el norte los Acadios quienes fundaron Babilonia.
El año 4.000 a.C., se unieron ambas culturas y alcanzaron una brillante civilización que llegó a su apogeo en el reinado de Hammurabi, rey de Babilonia.
El año 745 a.C. los Asirios, quienes provenían del norte y eran batalladores y belicosos, sometieron a babilonia y formaron un poderoso imperio hasta la caída y destrucción de su capital Nínive, el año 612 a.C: surge entonces el segundo imperio babilónico y recupera su esplendor (de este período son los llamados “Jardines colgantes de Babilonia”, una de las siete maravillas del Mundo Antiguo).
Con la dominación de los persas y de los griegos termina la civilización mesopotámica.
2.- CERÁMICA Y ESCULTURA
1. Periodo prehistórico
Los vestigios artísticos más antiguos conocidos hasta la fecha proceden del norte de Mesopotamia, del asentamiento proto-neolítico de Qermez Dere en las colinas de Jebel Sinjar. Niveles arqueológicos fechados en el noveno milenio a.C. han revelado que existieron cabañas de planta circular, con uno o dos pilares de piedra enlucidos en yeso. Además, cuando se abandonaron estas construcciones, se colocaron sobre el suelo calaveras humanas, hecho que indica alguna práctica ritual.
Los periodos Neolítico y calcolítico del Arte Mesopotámico (c. 7000 a.C.-c. 3500 a.C.), anteriores a la aparición definitiva de la escritura, se designan por el nombre de sus yacimientos arqueológicos: Hassuna, en el norte, es una localidad donde se han hallado algunas viviendas y cerámica pintada; Samarra, cuyos diseños cerámicos abstractos y figurativos parece que tuvieron significado religioso, y Tell Halaf, lugar en el que se realizó cerámica decorada y estatuillas de mujeres sedentes que se interpretan como diosas de la fertilidad. En el sur los primeros periodos reciben las denominaciones de El-Obeid (c. 5500-c. 4000 a.C.) y antiguo y medio Uruk (c. 4000-c. 3500 a.C.). La cultura de El Obeid se caracteriza por su cerámica brillante decorada en negro encontrada en dicha localidad, aunque existen otros ejemplos posteriores en Ur, Uruk y Eridú. Uno de los rasgos principales de la larga secuencia de niveles arqueológicos descubiertos en Eridú es la existencia de un pequeño santuario cuadrado (c. 5500 a.C.) reconstruido con una hornacina que pudo alojar la estatua de culto, delante de un altar ritual.
2. Periodo Protonático
La primera época histórica del dominio sumerio se extendió desde aproximadamente el 3000 a.C. al 2340 a.C. Al mismo tiempo que se continuaron las antiguas tradiciones constructivas se introdujo una nueva tipología arquitectónica: el templo oval, un recinto con plataforma central que sustenta un santuario. Las ciudades-estado dirigidas por gobernantes o soberanos que no eran considerados seres divinos se localizaron en Ur, Umma, Lagash (actual Tell al-Hiba), Kis y Esnunna (actual Tell Asmar). Muchos de los objetos realizados en este periodo son conmemorativos: relieves que describen escenas de banquetes, celebraciones de victorias militares o construcciones de templos. Muchas de ellas, como la estela de piedra caliza (conservada en el Museo del Louvre de París) del rey Eannatum de Lagash, se utilizaban frecuentemente como mojones. Dicha estela representa en uno de los lados al rey a la cabeza de su ejército en una batalla y por el otro lado al dios Ningirsu sosteniendo una red que contiene al enemigo derrotado. El Estandarte de Ur (c. 2700 a.C., Museo Británico de Londres) es una tabla adornada con conchas marinas, esquisto, lapislázuli y piedras rosáceas que muestra escenas religiosas o procesiones ordenadas en tres bandas.
3. Periodo Acadio
Los pueblos semitas acadios el dominio de la zona hacia finales del siglo XXIV a.C. Bajo Sargón alcanzaron gradualmente I el Grande, que reinó aproximadamente entre el 2335 a.C. al 2279 a.C., extendieron su dominio sobre Sumer, unificando toda Mesopotamia. Aunque subsisten pocos vestigios de su arte, los restos conservados están dotados de una maestría técnica y una fuerte energía. En las ciudades acadias de Sippar, Assur, Esnuna, Tell Brak y en su aún no encontrada capital Acad, el palacio se convierte en el edificio más importante en sustitución del templo. Una magnífica cabeza de cobre de Nínive (Museo de Irak), que representa probablemente a Naram-Sin, el nieto de Sargón que reinó durante los años 2255 a.C. al 2218 a.C., enfatiza la nobleza de estos soberanos acadios, que asumieron el aspecto de semidioses. El propio Naram-Sin es el protagonista de una estela en piedra arenisca, hábilmente realizada (Museo del Louvre), que muestra una de sus victorias en las montañas. El rey viste la tiara con cuernos, símbolo de la divinidad y, a diferencia de la iconografía de la estela de Eannatum, el dios protector no se reconoce por su ayuda en el éxito militar. Las fuerzas celestiales están simplemente insinuadas por estrellas solares situadas en la cumbre.
4. Periodo Neosomerio
Después de un mandato de siglo y medio, el Imperio acadio cayó bajo dominio de los gutis, pueblos nómadas que no centralizaron su poder. Esto permitió reorganizarse a las ciudades sumerias de Uruk, Ur y Lagash, iniciándose así la edad neosumeria o tercera dinastía de Ur (c. 2121-2004 a.C.). En Ur, Eridú, Nippur y Uruk se construyeron impresionantes santuarios que incorporaban zigurats realizados con ladrillos yadobe. Gudea (c. 2144-2124 a.C.), soberano de Lagash, contemporáneo de Ur-Nammu —el fundador de la tercera dinastía de Ur— se conoce por más de 20 estatuas que lo representan, realizadas en dos tipos de piedras negras y duras, la dolomita y la diorita. Sus manos están cruzadas al viejo estilo sumerio, pero su cara redonda y su ligera musculatura en brazos y hombros muestran el deseo del escultor por plasmar en este difícil soporte unas formas más naturales. La excepción aparece en las figuras antropomórficas que combinan rasgos zoomorfos, porque son más estáticas que el resto de las representaciones escultóricas. Los más realistas son unos pequeños relieves y estatuillas de terracota que representan a fieles haciendo sacrificios de animales, héroes legendarios, músicos e incluso una mujer amamantando a su hijo.
5. Periodo Arcaico Babilonio
Tras el declive de la civilización sumeria, Mesopotamia fue una vez más unificada por gobernantes semitas (c. 2000-1600 a.C.), como Hammurabi de Babilonia. La representación en relieve del soberano en su famoso código legal (c. 1780 a.C., Museo del Louvre) no es muy diferente de las estatuas de Gudea, aunque sus manos no estén cruzadas ni aparezca como intermediario ante el dios solar Shamash. De Mari procede el arte más original del periodo babilónico, incluyendo arquitectura, escultura, metalistería y pintura mural. La representación de animales, como en la mayor parte del arte mesopotámico, es más natural que la de los seres humanos. Los pequeños frisos de Mari y otras ciudades muestran escenas de la vida cotidiana con músicos, boxeadores, carpinteros y campesinos. Estas representaciones son mucho más reales que las del solemne arte religioso u oficial.
6. Las Dinastias casitas y elanitas
Los casitas, pueblo de origen no mesopotámico, aparecieron en Babilonia poco después de la muerte de Hammurabi en el año 1750 a.C., sustituyendo a los gobernantes anteriores hacia el 1600 a.C. Los casitas adoptaron la cultura y el arte mesopotámicos. Los elamitas del oeste de Irán destruyeron el reino casita hacia el 1150 a.C. Su arte parece una imitación provinciana de los primeros estilos mesopotámicos. De hecho, su admiración por el arte acadio y babilonio les hizo llevarse la estela de Naram-Sin y el Código de Hammurabi a Susa, su capital iraní.
7. El Imperio Asirio
La primitiva historia del arte asirio, desde el siglo XVIII al XIV a.C., es aún en gran parte desconocida. El arte del periodo asirio medio o mesoasirio (1350 a.C. al 1000 a.C.) muestra su dependencia de las tradiciones estilísticas babilónicas. Por ello, los temas religiosos se presentan de una forma solemne, mientras que las escenas profanas se representan de una manera más naturalista. El zigurat fue la principal forma de la arquitectura religiosa asiria. El uso de ladrillos vidriados polícromos fue muy común en esta etapa mesopotámica. Con el paso del tiempo se convirtieron en la típica decoración arquitectónica neobabilónica, ya que las fachadas de los edificios se recubrieron con cerámica vidriada. El árbol de la vida y los grifos (animales mitológicos con cabeza de águila y cuerpo de león), que aparecen en los sellos cilíndricos y en las pinturas murales de los palacios, pueden proceder del arte hurrita de Mitanni, al norte de Mesopotamia. A diferencia de las antiguas, las decoraciones vegetales se volvieron estilizadas y artificiosas. Las imágenes simbólicas sustituyeron frecuentemente a las representaciones de los dioses. Tukulti-Ninurta I, rey entre los años 1244 a.C. y 1207 a.C., encargó gran parte de las obras artísticas y arquitectónicas que se realizaron en Assur, donde también construyó su propio palacio-ciudad, Kar Tukulti-Ninurta. En el arte de ambos asentamientos se acentúa la diferencia entre los dioses y los seres humanos. El friso narrativo, derivado de las escenas de estelas y sellos, será el elemento artístico más importante del arte asirio.
8. Periodo Neobabilonio
Los babilonios, en coalición con los medos y los escitas, derrotaron a los asirios en el año 612 a.C., saqueando las ciudades de Nimrud y Nínive. Ellos no establecieron un nuevo estilo o iconografía. En los mojones de piedra, por ejemplo, se representaron las antiguas escenas de los reyes acompañados por símbolos divinos. La creatividad neobabilónica se manifiesta en la arquitectura de Babilonia, la capital del reino, que alcanzó su máximo esplendor entre el 626 a.C. y el 539 a.C. Esta enorme ciudad, destruida en el 689 a.C. por Senaquerib, rey de Asiria, se reconstruyó por iniciativa del rey Nabopolasar y su hijo Nabucodonosor II. Dividida por el Éufrates, se necesitaron 88 años para construirla y protegerla con doble muralla. E-Sagila, el templo de Marduk, fue su edificio principal junto con Etemenanki, un zigurat cercano de siete pisos conocido más tarde como la torre de Babel. El zigurat alcanzaba una altura de 91 metros; en el piso más alto se alzaba un templo construido con adobes secados al sol y revestido de ladrillos cocidos. Al norte del templo de Marduk se extendía un camino procesional de paredes decoradas con figuras esmaltadas de leones. Atravesando la Puerta de Istar se llegaba a un pequeño templo, donde se celebraban las ceremonias religiosas del año nuevo. Al oeste había dos complejos palaciegos. Al este de la vía procesional se estableció, desde los tiempos de Hammurabi, una zona residencial. Se conservan pocos vestigios de la ciudad y de los famosos jardines colgantes del palacio de Nabucodonosor II, una de las siete maravillas del mundo. La Puerta de Istar (c. 575 a.C.) es una de las pocas estructuras conservadas.
3.- ARQUITECTURA
1. Materiales constructivos
Utilizaron muy poco la piedra y la madera, ya que sólo podían obtenerse de los países limítrofes. El suelo es diferente al egipcio; es arcilloso, fangoso y esto los llevó a utilizar el barro como material constructivo. Primero lo emplearon en bloques o adobes de barro con mezcla de paja y colocados humedecidos de modo que secaba la pared entera. Luego los secaron al sol, adobe por adobe. Inventaron luego los ladrillos de arcilla pura, cosidos al horno, y para preservarlos mejor de la humedad los sometieron al procedimiento del esmaltado y vidriado.
2. Sistemas constructivos
Los ladrillos en los muros eran unidos con cal o asfalto y para la cubierta sustituyeron el sistema adintelado egipcio por la bóveda formada de arcos de medio punto contiguos.
3. Principales construcciones
Las grandes realizaciones de la arquitectura mesopotámica fueron los templos y los palacios reales. Las tumbas no fueron monumentos de importancia para ellos.
Templos:
En Caldea los llamaron “zigurat” (que significa lugar elevado); y eran una torre de planta rectangular compuesta de varios pisos o terrazas de mayor a menor, provistas de rampas exteriores. Se ha pensado que la torre de Babel era un zigurat.
Palacios reales:
4.-PINTURA
La pintura mesopotámica estuvo al servicio de la decoración arquitectónica y de la escultura.
En Caldea, al embellecer los ladrillos con esmalte vinieron a construir el sistema decorativo policromo de los edificios. Digna de mención es la puerta de Istar (diosa de la guerra) en cuyas torres sobre fondo azul oscuro obtenido de lapislázuli, aparecen en relieve animales fantásticos dispuestos en nueve hileras. Sus colores son amarillos, verdes, azules y blancos.
Los asirios policromaron los relieves para realzar los detalles, de un modo convencional: negro para el cabello, cejas y boca de las figuras humanas; rojo o azul para los adornos del traje.
Los ladrillos y las placas de arcilla o azulejos las esmaltaron o vidriaron de negro, azul, rojo, blanco y amarillo, por medio de colores minerales. Con ellos realizaron composiciones pictóricas en forma parecida a la técnica del mosaico para decorar los muros de los palacios.
Allí estaban también centenares de objetos artísticos y las joyas y atavíos que habían usado, los cuales patentizan el perfeccionamiento alcanzado por los súmeros en orfebrería.
Sobresalen: una cabeza de toro que decoraba un arpa. Está hecha de lapislázuli revestido de oro. Un yelmo de oro labrado que simula una peluca con turbante. Y el aderezo o tocado de la reina Subad compuesto de una combinación de cintas doradas con colgantes de oro, gruesos aretes, y encima una peineta del mismo metal adornada con siete rosetas e incrustaciones de perlas y cuentas de cornalina
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En Asiria los monumentos más representativos fueron los palacios: edificados sobre una gran plataforma y flanqueados por torres que comprendian un considerable número de dependencias en torno a varios patios. Las ruinas mejor conocidas don las del palacio de Senaquerib, en Nínive y las del palacio de Sargón, en Khorsabad.