Los visigodos

Los visigodos

 

Los godos fueron una tribu de origen germánico y aunque no es seguro ya que existen diferentes teorías sobre su procedencia, parece ser que emigraron desde Götaland, en el sur de Suecia y en el siglo I A.C. se dirigieron a las costas polacas.
Parece que todos los pueblos germánicos proceden de esta zona del norte de Europa.

Desde allí, quizá debido a cambios climáticos que convirtieron sus tierras enn demasiado frías, se desplazaron hacia el sur y el este y en el siglo II D.C. se establecen en las estepas de lo que hoy es Ucrania y en las costas del mar Negro acabando con los restos del reino escita que se asentaba allí.

Los godos en este punto se dividieron y una gran parte de ellos se quedaron en estas regiones y a partir de entonces se les conocerá con el nombre de ostrogodos, los godos del este.
El resto se desplazó hacia las actuales llanuras de Rumanía y Hungría, se los conocerá a partir de entonces como los visigodos, los godos del oeste.
En el año 270 D.C., el emperador romano, Aureliano, se ve obligado a retirarse parcialmente de la provincia de la Dacia, y su lugar lo ocupan por los visigodos, que se establecen como federados del imperio. 

Esta pacto o foedum entre el imperio y los visigodos, les obligará a prestar apoyo militar a Roma a cambio de tierras, alimentos y dinero. 
La economía de los visigodos y los godos en general estaba basada fundamentalmente en la agricultura y ganadería, estaban poco influenciados por los romanos y su desarrollo material y cultural era poco avanzado comparado con ellos. 

Los visigodos, al igual que los romanos en esta época, eran cristianos, pero practicaban el arrianismo, doctrina creada por Arrio, un sacerdote de la ciudad de Alejandría, pero fue el obispo Ulfilas, quien se encargó posteriormente de convertir a los godos al cristianismo arriano.

 

Los visigodos en el Imperio Romano

En el año 375 D.C., las tribus euroasiáticas de los hunos, se desplazan desde las estepas asiáticas del sur de Rusia hacia el oeste presionando y desplazando a su vez a los ostrogodos, que de la misma forma empujan a los visigodos contra las fronteras del imperio romano. 

En el año 376, un grupo muy numeroso de visigodos, con sus caudillos  Fritigernio y Alavivo, intentaron cruzar la frontera del Danubio porque se moría de habmre y su situación era realmente desesperada. 
El emperador romano Valente les permitió la entrada.
Se produjeron a partir de entonces interminables abusos por parte de las autoridades romanas quienes les explotaron miserablemente, aprovechándose de ellos y de su situación. La chispa estalló cuando fueron asesinados algunos importantes visigodos próximos a los caudillos Fritigernio y Alavivo. 

 Los visigodos comenzaron a asolar la región y la rebelión llego a ser tan grave y preocupante que el mismo emperador romano, Valente, se dirigió personalmente para acabar con ella. 

El 19 de Agosto de 378 cerca de la ciudad de Adrianápolis, tiene lugar una de las batallas mas importantes y decisivas en la historia del mundo. Unos 18.000 visigodos se enfrentaron y derrotaron a unos 70.000 romanos, el mismo emperador moriría en la batalla. 
Posteriormente se dirigieron contra la propia ciudad que no pudieron tomar, se retiraron y con la misma intención marcharon contra Constantinopla, pero no estaban preparado para la guerra de asedio y fuesen fácilmente rechazados. 

A partir de entonces se quedarían en los Balcanes dedicándose al saqueo en busca de botín. 

La derrota en Adrianápolis supuso un duro mazazo para el ejército romano del que ya nunca se recuperaría.
Teodosio el Grande

Entre los años 379 y 382, dos líneas básicos definen la política de Teodosio el Grande, el emperador de Roma: la elección del cristianismo como religión oficial del imperio y la alianza con algunos pueblos germanos mediante el establecimiento de pactos, los foedum.
Gracias a estos pactos, se permitó a los visigodos establecerse durante 100 años en las provincias de Mesia y en el norte de la Tracia y tener sus propios caudillos y ejércitos, a cambio, tenían que prestar colaboración militar cuando fuese requerida.
En el año 394 se produjo un enfrentamiento entre el emperador y un usurpador al trono, Eugenio junto a su marical de campo, Argobastro, de origen franco.

Teodosio, con la ayuda decisiva de los visigodos y de su nuevo rey Alarico, los derrotó en la batalla del río Frígido, en la actual frontera italo-eslovena.
Los visigodos se llevaron la peor parte, recibieron y aguantaron los mas duros embates sufriendo numerosas bajas
A pesar del apoyo de Alarico y de combatir junto a los romanos, este nunca gozó de la confianza de Teodosio, no recibió ningún cargo militar importante. Todo esto creó un profundo malestar entre los visigodos que provocó la sublevación de Alarico que comenzó a devastar las regiones de la Tracia y Macedonia. 

El general Estilicón 
Al morir Teodosio, dividió el imperio entre sus dos jóvenes hijos, Honorio de 10 años, recibio la parte occidental y Arcadio de 18 la oriental. 
Debido a la juventud de ambos, se nombró a un protector, el general Estilicón. 
Estilicón adquirió gran influencia sobre Occidente (una hija suya había contraído matrimonio con Honorio), pero no así sobre Oriente y sobre el emperador Arcadio, que estaba a su vez asesorado por su consejero Rufino. 

Las relaciones entre las dos mitades del imperio fueron tirantes y ello facilitó muchas las cosas a Alarico que seguía devastando y asolando el imperio.
En el año 395, Estilicón, al mando de un gran ejército compuesto de contigentes occidentales y orientales se lanza contra el rey visigodo llegándole a cercar en Tesalia. 
La victoria estaba hecha, pero Rufino, receloso de la gloria que podía adquirir Estilicon, convence a Arcadio para que le ordene retirar su ejército y Alarico consigue escapar de un mas que seguro final y aprovecha la oportunidad para continuar su campaña de devastaciones en Tebas, Atenas, y la región del Peloponeso (Megara, Corinto, Esparta, Argosta). Arcadio no puede detenerlo y es de nuevo Estilicón el que acude con la intención de acabar con el rey visigodo. 
Alarico es otra vez cercado pero incomprensiblemente consigue huir con su fuerza militar intacta y un botín muy cuantioso acumulado en años de saqueos. 
Se dirige a su próximo objetivo, Italia. 
Los romanos que ven en Alarico un peligro muy serio, intentan que detenga su campaña de devastación por el imperio y lo nombran general del ejército de Iliria hacia al año 400. 
Pero Alarico, aprovechando que Estilicón se encontraba en la provincia de Retia, al norte, enfrentándose a las tribus de los Alanos, Suevos y Vándalos,  no acepta el puesto, continúa devastando, asolando y se dirige contra el valle del Po en Italia y contra la ciudad de Milán donde sus sólidas murallas lo detienen. 

Estilicón recluta a un buen número de soldados entre los alanos y vándalos, junta las tropas romanas de las provincias de la Galia y Britania y se dirige contra Alarico, la batalla tuvo lugar el día de la Pascua del años 402.
La derrota visigoda es completa, tienen cuantiosas pérdidas humanas, pierden el tesoro que conservaban desde la batalla de Adrianápolis y hasta el propio Alarico perdió a su mujer, que fue raptada por los romanos, pero Alarico consiguió escapar y vuelve a Iliria.
Estilicon por esta vez había salvado Italia, pero basó su política de intentar conseguir unas buenas relaciones con la parte oriental del imperio hizo que descuidara la defensa de la zona occidental y así mientras Oriente gozaba de relativa calma, multitud de pueblos bárbaros cruzaban las fronteras de las provincias de Occidente.

También su política de alianzas con los bárbaros iniciada por Teodosio el Grande, empezó a molestar profundamente a los sectores romanistas del poder imperial y se produjeron movimientos antibárbaros que acabarían con él.
  Aprovechando que Estilicón y el ejército se encontraban en Italia, en el año 406 se produjo una gran alianza entre las tribus de los Suevos, Vandalos y Alanos para penetrar en la Galia y en poco tiempo los romanos pierden casi toda la provincia. 

La situación para el imperio era crítica y el miedo entre la población se extendió rapidamente.

Estilicon, enfrascado en los asuntos de Oriente, no reacciona, pero si lo hace Constantino, general de la provincia de Britania, que es nombrado emperador por sus tropas. Cruza el canal de la Mancha y se dirige a detener las invasiones en la Galia.

Alarico viendo la situación se dirige hacia la provincia de Nórica en el norte de Italia para ofrecerse para luchar contra Constantino e intentar sacar algo para su pueblo.
En el año 407 muere Arcadio, emperador de Occidente y Estilicón ve la oportunidad de unificar ambos imperios. 
Pacta con Alarico y le ordena que se dirija contra Constantino mientras él se desplaza a Oriente a presidir la subida al trono del nuevo emperador. 
El sector romanista no le perdona el nuevo pacto con los visigodos ni su pasividad a la hora de afrontar los graves problemas en Occidente. 
Lo pagó con su vida y un sentimiento antibárbaro se extendio por todo el imperio. Las relaciones del imperio con los visigodos empeoraron y multitud de bárbaros aliados de los romanos pasaron a las filas del ejercito de Alarico. 

El saqueo de Roma 
El puesto de Estilicón fue ocupado por un político de la corte, Olimpo, que tiene que hacer frente a la rebelión de Constantino y a la amenaza de los visigodos en el norte de Italia. 
Alarico ofreció retirarse a cambio de una importante suma de dinero pero Olimpo se negó seguramente debido a los profundos sentimientos nacionalistas y antibárbaros que existían en este momento, así que los visigodos continúan con la guerra, atraviesan los Alpes, entran en Italia en el año 408, evitan las ciudades solidamente amuralladas y en poco tiempo se apoderan de todo el valle del Po sin encontrar resistencia. 
Se dirige contra Roma pero no parece que tuviesen intención alguna de tomarla, ya que era una ciudad bien defendida y los visigodos carecían de conocimiento alguno en las tácticas de asedio. Habilmente se dirigió hacia el norte para tomar el puerto de Ostia y de este modo cortar el suministro de grano procedente de Africa.
Su actitud amenazante era una táctica por la que pretendía obtener mas dinero y tierras del emperador Honorio.
El hambre empezó a hacer estragos en la ciudad, el pánico se extendió rápidamente y cuando la situación comenzó a ser angustiosa, se envio una delegación para pactar con Alarico que exigió unas cantidades y unas condiciones inaceptables a cambio de levantar el cerco. 

El senado romano acabo cediendo y ofreciendo un suculento rescate, pero Alarico pidio ademas un tratado de alianza con el emperador Honorio, que fue rechazado. 
Reanudo el asedio y la desesperación no tardo en apoderarse de los habitantes de Roma. Olimpo, no tardo en caer y su puesto fue ocupado por Jovio que recomendo a Honorio que fuese inflexible y no cediese ante las presiones de Alarico. Roma fue abandonada a su suerte mientras el emperador Honorio se encontraba a salvo en la nueva capital del imperio, en Rávena y que junto a Milán habían adquirieron todo el peso efectivo del poder. 
Honorio quería  ganar tiempo, confiaba en las buenas defensas de Roma y en que el ejército visigodo nunca podría tomar por asalto la ciudad ni mantener el asedio durante largo tiempo. 
No disponía ni de ejército ni podía contar con ayuda procedente de la Galia.
La ciudad de Roma renuncia a Honorio como emperador y en su lugar reconocieron a un personaje llamado Atalo, parece que con la complicidad de Alarico, que fue nombrado mariscal de campo del ejército occidental. 
Al mismo tiempo la parte Oriental enviaba un contigente militar en ayuda de Honorio. 
El gobierno de Honorio se reforzaba y mientras Alarico vuelve a asediar la ciudad. 
Fue en este tercer y definitivo asedio, cuando desde dentro de la ciudad abrieron la Puerta Salaria (una de las 12 que tenia la ciudad) permitiendo la entrada a los visigodos. 
Era la primera en 800 años que un ejército extranjero ponía los pies en la ciudad de Roma, Alarico consintio el saqueo que duró 3 días. Roma quedo desolada, la brutalidad de los visigodos se puso de manifiesto en los asesinatos, y violaciones cometidos, la mayoría de los edificios y templos fueron quemados. 
Aunque Roma no tenía ya la importancia de épocas pasadas, seguía siendo el símbolo del imperio y su caida conmovio al mundo de aquella época. 
Una vez saqueda la ciudad, Alarico se dirigio hacia el sur de Italia llevandose como rehen a Gala Placidia, hermana del emperador Honorio. 

Su objetivo era llegar hasta Africa, el granero del imperio y si la  conquistaba asestaría un golpe mortal a Honorio. Cuando ya estaban dispuestos a embarcarse, una tormenta disperso su flota y les impidio alcanzar su objetivo, así que los visigodos decidieron marchar hacia el norte de Italia para seguir con la guerra, pero repentinamente Alarico murio. 
Su lugar fue ocupado por su cuñado, Ataulfo, que dirigio a los visigodos hacia la Galia. 
En el año 411 cruzan los Alpes y se instalan en la Galia donde empieza a fraguarse el reino visigodo de Tolosa.

La llegada a España

De los pueblos germanos que invadieron la Península a finales del Imperio Romano, fue el de los visigodos el que logró dominar todo el territorio y crear un reino bastante duradero, ejerciendo considerable influencia. Los visigodos procedían del norte de Europa, y se desplazaron hacia el mar Negro donde entraron en contacto con la civilización romana al tiempo que se producían los primeros choques. En el siglo IV, presionados por los hunos, se pusieron en movimiento traspasando las fronteras del Imperio Oriental y más tarde se dirigieron hacia las tierras occidentales, llegando incluso a penetrar en Italia y saquear Roma antes de instalarse en la Galia.
Esta emigración de los visigodos hay que entenderla como una búsqueda de tierras en las que poder asentarse y alimentar a su población, a veces también por la presión de otros pueblos y del mismo ejército romano. Pero lo cierto es que de todos los pueblos germánicos, los godos fueron los que se sintieron más atraídos por la cultura romana y de hecho los que más se romanizaron.
¿Por qué intervinieron en la Península Ibérica? En realidad parece que los visigodos no pensaban establecerse aquí cuando entraron a comienzos del siglo V, sino que su intervención iba encaminada a "poner orden", es decir, a eliminar a los invasores suevos, vándalos y alanos en nombre del emperador de Roma. En efecto, los visigodos habían llegado a un pacto con los romanos por el que se comprometían a luchar contra los pueblos que amenazaban al Imperio, a cambio de tierras donde instalarse y de trigo para alimentarse. De este modo, irrumpieron en la Península y arrinconaron a los suevos en Galicia, obligaron a emigrar a los vándalos y prácticamente exterminaron a los alanos. Una vez cumplida su función se retiraron a la Galia donde recibieron tierras y se establecieron como federados del Imperio Romano, tomando como capital Tolosa.
A mediados del siglo V, los visigodos vuelven a intervenir en Hispania para frenar el avance iniciado por los suevos, y someter los movimientos campesinos en la Tarraconense. Pero esta vez no se retiraron inmediatamente sino que dejaron guarniciones militares en distintos puntos, como por ejemplo en Mérida. En los años siguientes continuó entrando en Hispania población visigoda y asentándose.
¿Cómo considerarían los habitantes de la Península a los visigodos? Tenían razones para ver en ellos a los continuadores del Imperio Romano, pues de hecho actuaban en su nombre; además el reino que habían creado en la Galia estaba totalmente influido por la cultura romana. De modo que los hispanos bien podían haberse sentido seguros bajo su protección, al menos en un primer momento.

Pero los visigodos se instalaron definitivamente en Hispania cuando los francos los derrotaron y expulsaron de la Galia a principios del siglo VI, si bien siguieron conservando una provincia gala. Se abre aquí un interesante período en el que el rey ostrogodo Teodorico (instalado en Italia) se pone al frente de los visigodos para defender los intereses de su nieto Amalarico, que era un niño, convirtiéndose en regente.

Teodorico el Grande intentó que las relaciones entre visigodos e hispanos fueran buenas y que se integrasen. Para ello permitió los matrimonios entre ambos pueblos (que estaban prohibidos por la antigua legislación romana, más tarde recogida por el rey visigodo Alarico), fue tolerante con los católicos (los visigodos se habían convertido al cristianismo "arriano", que difería en algunos aspectos con el católico profesado por los hispanorromanos). Ademas, restauró la administración romana y para satisfacer a los nobles de la Península les dio cargos civiles.
Cuando murió Teodorico, Hispania se independizó de Italia y entró en una fase un tanto caótica, en la que se sucedieron varios reyes. Uno de ellos, Atanagildo, pidió ayuda a Bizancio para derrotar a su rival, Agila. Los bizantinos respondieron rápidamente y derrotaron a Agila, pero también ocuparon toda la zona costera del sureste, con gran rapidez y sin dificultades, lo que hace pensar que posiblemente no fueron muy mal recibidos por los habitantes de estas regiones. Cuando los visigodos se dieron cuenta apoyaron a Atanagildo y se enfrentaron con los bizantinos, pero no consiguieron expulsarlos; de modo que se desplazaron hacia el norte y establecieron su capital en Toledo.