Los griegos en el mediterráneo

Los griegos en el mediterráneo

Las civilizaciones griega y romana produjeron una inmensa riqueza cultural; el mar Mediterráneo fue el espacio geográfico que permitió la expansión de estos dos pueblos. El mar Mediterráneo permitió la expansión política, económica y cultural de las civilizaciones griega y romana en la antigüedad. 

A diferencia de los egipcios, mesopotámicos y chinos que se establecieron a orillas de ríos, los griegos y romanos se establecieron en las costas del mar Mediterráneo. Este recurso natural representó algo más que el alimento para la subsistencia, fue un espacio que permitió la comunicación y las interrelaciones culturales entre los diversos pueblos que ahí se establecieron. 

Entre los beneficios que el mar Mediterráneo proporcionó a las antiguas civilizaciones, especialmente griega y romana, podemos enumerar los siguientes: 

Desarrollo de la navegación, ya que por medio de ella los griegos incursionaron por el mar Egeo y lograron dominar la península de Anatolia en el Asia Menor. 
A los romanos les permitió construir un poderoso imperio que comprendía alejadas regiones como el norte de áfrica, el sur de Europa hasta la península Ibérica y todo el territorio ocupado por los griegos; asimismo, lograron extenderse hasta el Medio Oriente. 

El perfeccionamiento de los sistemas de navegación permitió a griegos y romanos desarrollar su economía 
Les permitió mantener el control político de regiones lejanas mediante el traslado de tropas 
El intercambio comercial de diversos productos favoreció el uso de técnicas para conservar alimentos perecederos, entre otros avances. 
El intercambio de elementos culturales entre los pueblos que tuvieron contacto a través del Mediterráneo enriqueció la producción tanto de dominadores como de dominados. 

El pensamiento filosófico y científico, así como las obras materiales de los griegos, fueron retomados y enriquecidos por los romanos, quienes se encargaron de trasmitirlos a las sociedades que dominaron; algunas de sus ideas perduran incluso hasta la actualidad. 

El recurso natural representado por el mar cumplió, en el desarrollo de estas civilizaciones antiguas, un objetivo de gran importancia: ser el enlace entre culturas y permitir su difusión.