El viento

El viento

VIENTO

Viento (del latín ventus) es la corriente de aire  que se produce en la atmósfera por causas naturales. El viento, por lo tanto, es un fenómeno meteorológico originado en los movimientos de rotación y traslación de la Tierra. La radiación solar genera diferencias de temperatura  en la atmósfera, lo que da origen a las diferencias de presión y al movimiento del aire. La velocidad del viento puede utilizarse para producir energía (conocida como eólica), aunque también resulta peligrosa, ya que puede derribar edificios de gran tamaño. El desplazamiento de semillas y la erosión son otras consecuencias del accionar de los vientos. Por ejemplo: “Hay mucho viento; no es conveniente salir a navegar”, “El día está precioso: mucho sol y nada de viento”.

El primer instrumento creado para detectar la dirección en la que sopla el viento fue la veleta. Se trata de un dispositivo giratorio con una cruz que indica los puntos cardinales y que suele ubicarse en lugares elevados. Una herramienta más avanzada es el anemómetro, que también mide la velocidad del viento y que ayuda a predecir el tiempo.

De acuerdo con su intensidad, el viento puede recibir distintos nombres. Los vientos más suaves se conocen como brisas, mientras que entre los más fuertes pueden mencionarse los tornados. Todos estos términos, sin embargo, tienen un significado científico más específico que suele ser dejado de lado por parte del lenguaje cotidiano.

Se conoce como viento solar, por último, al flujo de partículas que emite la atmósfera de una estrella. La mayor parte de estas partículas son protones de alta energía.

Movimiento del aire

Desplazamiento del aire en la troposfera (área inferior de la atmósfera) es el más significativo para las personas y cuenta con dos componentes: la vertical, de 10 o más kilómetros y cuyo movimiento ascendente o descendente compensa el horizontal, y la horizontal, que alcanza miles de kilómetros y es la más importante de ambas. La observación de un tornado es muy adecuada para entender dichos conceptos, ya que mientras su remolino comienza girando a una velocidad considerable, con las conocidas consecuencias destructivas, y la misma decrece a medida que el viento asciende, dado que las dimensiones del cono aumentan a lo ancho.

Cabe mencionar que dichas afirmaciones, obtenidas a partir del estudio de los tornados, son asimismo ciertas para todos los tipos de viento, ya que son parte de los diversos procesos que estos atraviesan. La misma transición que se da en este caso, de un movimiento lineal a uno giratorio que asciende verticalmente, puede apreciarse tanto en remolinos como en huracanes y cumulonimbos, con ciertas diferencias en el tamaño y la extensión.

Por otro lado, se encuentran los vientos que cubren importantes distancias, los cuales también atraviesan dicho proceso. Un claro ejemplo son los alisios, que viajan entre el ecuador y los trópicos, yendo desde el noroeste hacia el suroeste y viceversa, atravesando los hemisferios norte y sur. Cuando se encuentran en el ecuador, sufren un forzoso ascenso, principalmente por la gran concentración de materia, y generan nubes y fuertes lluvias, lo que repercute en un gran descenso de velocidad.

Cuando se enfría el aire ascendente y pierde la humedad que acarreaba, a causa de la condensación y de las lluvias, el resultado es un aire seco y frío. A menor temperatura, más peso; en consecuencia, tiende a descender hacia la superficie en un movimiento inclinado que comienza en el ecuador y que se dirige hacia los trópicos, desviándose hacia la derecha para completar, finalmente, el ciclo de los vientos alisios. De esta forma, se cumple el principio de conservación de la materia, según los estudios realizados por Antoine-Laurent de Lavoisier, un químico y biólogo francés del siglo XVIII.