Las orquidáceas

Las orquidáceas

Las orquídeas son plantas monocotiledóneas pertenecientes a la familia Orchidaceae, agrupa más de 35.000 especies silvestres y 40.000 híbridos, siendo objeto de una especial atención por parte de los floricultores, debido a la exótica belleza de sus flores. Su cultivo no es fácil para el aficionado, por los estrictos requerimientos que exigen.

 La mayoría de las orquídeas cultivadas como ornamentales son de origen tropical, por lo que nos da una idea de sus necesidades vitales. Todas precisan luz abundante, pero tamizada, sin que los rayos de sol incidan directamente sobre sus hojas, una temperatura mínima que ronde los 20-25ºC y una humedad ambiental superior al 70%. Por tanto si se desea cultivar orquídeas pero carece de invernadero climatizado, el aficionado tendrá que centrarse en especies cuya temperatura mínima nocturna está en torno a los 10ºC y que la humedad ronde el 70%. 

En cuanto al tipo de suelo, será diferente según que se críen en su hábitat natural sobre troncos de árboles o sobre el suelo directo. Las primeras, epifitas, necesitan un sustrato formado por 2/5 de musgo, 1/5 de turba fibrosa, 1/5 de raíces de osmunda y 1/5 de trozos de madera vieja del tamaño de una nuez. Las de suelo directo se dan bien en una mezcla formada por 1/3 de mantillo de hojas, 1/3 de tierra negra y el tercio restante a partes iguales de arena fina y turba.

 La mayoría de las especies no soportan la cal, por lo que se regarán con agua desendurecida y si puede ser templada mejor, para no enfriar el sustrato, que afectaría a sus raíces. Las de tipo epifito pueden sumergirse en agua con sus cestos y luego dejarlas escurrir antes de colgarlas de nuevo.

La belleza de las flores contrasta con su simplicidad. La flor de la orquídea es hermafrodita, zigomorfa, trímeras (3 sépalos y 3 pétalos) y una columna central que sustenta las anteras y el pistilo llamada ginostemo. Los dos pétalos superiores son idénticos, pero el inferior se ha transformado en la estructura más llamativa de la flor, con sus propios colores, formas y tamaños que pueden ser muy diferentes en función de la especie que se trate. Las flores pueden ser aisladas o en inflorescencias y son polinizadas por insectos.

Las orquídeas tienen unas características de reproducción propias y a veces imitan las formas de los insectos polinizadores necesarios para su difusión y supervivencia. Los estambres y pistilos habituales en otras plantas, se han fusionado en una única estructura llamada columna, localizada en el centro de la flor. La columna tiene una antera portadora de polen y un estigma femenino que segrega un fluido pegajoso hacia el interior de la flor. Los insectos son atraídos por ese néctar, y al intentar salir de la flor quedan impregnados con el polen de las anteras. Al visitar la siguiente flor de la misma especie efectúan el mismo recorrido y el estigma recibe el polen, efectuándose así la polinización. Se trata de un mecanismo muy avanzado y que implica una evolución paralela entre las orquídeas y los insectos que visitan sus flores. El fruto es una cápsula seca con numerosas semillas pequeñas, sin endosperma y con embrión no diferenciado.

La mayoría de las orquídeas siguen dos patrones de crecimiento:

 - Crecimiento monopodial: tienen un único tallo, del que van naciendo nuevas hojas por ápice, y de entre ellas nacen el tallo floral y las raíces aéreas, por ejemplo en la Phalaenopsis.

 - Crecimiento simpoidal: tienen varios tallos o psedobulbos que brotan de un rizoma. Los nuevos tallos crecen desde la base del tallo del año anterior, y generalmente las flores nacen del nuevo tallo, como por ejemplo en la Cymbidium y   Cattleya.

Entre las especies más fáciles de cultivar están:

 - Brassia maculata: de flores amarillas moteadas de marrón

 - Coelogyne cristada: de inflorescencias colgantes con tres o cuatro flores de color crema y amarillo

 - Cymbidium: que cuenta con numerosos híbridos y tiene gran profusión de flores, es una de las especies más cultivadas

 - Dendrobium phalaenopsis: de grandes flores de colorido diverso y muy resistente para flor cortada

 - Licaste virginal: con flores de color rosa con el labelo más oscuro

 - Paphiopedilum: que se da bien en climas fríos.

 Tipos

- Epífitas: constituyen más del 90% del total de especies. Son aquellas que se crían sobre troncos  de árboles o arbustos, pero no son parásitas, ya que no tienen muchas necesidades y las obtienen de la humedad ambiental, gracias a sus raíces aéreas.   Son las más llamativas   y proceden de las regiones tropicales.

 - Terrestres: tienen sus raíces en tierra. Algunas especies son:   Phaius tankervillae, Bletilla striata, Calanthe vestita, Chloraea, Cranichis, Cyclopogon, etc.

 - Semiterrestres: aquellas que crecen sobre un colchón de hojas en descomposición en el suelo o sobre piedras recubiertas de musgo. Los géneros Paphiopedilum, Phragmipedium, Selenipedium y Cypripedium, son de este tipo.

 Plagas

- Pulgones (Aphis fabae): pequeños insectos que atacan las hojas, brotes tiernos y botones florales succionando la savia e inyectando toxinas. Los brotes y botones se deforman y en el caso de los botones, la apertura de la flor se dificulta y sale deformada o no abre bien. También pueden ser transmisores de enfermedades, especialmente virus. Se recomienda un insecticida de contacto o sistémico.

- Thrips: pequeños insectos de 0,5-5 mm. Que atacan las hojas, yemas y flores de las orquídeas, sobre las cuales producen deformaciones. Raspan los tejidos y succionan la savia. Las hojas y las flores se decoloran y se manchan. Cuando atacan los botones florales, éstos pueden caer o la flor sale deformada. Además pueden favorecer el ataque de bacterias y hongos y ser vectores de virus. 

- Araña roja (Tetranychus): habitan en colonias en las hojas de las orquídeas, raspándolas y alimentándose de la savia. Las hojas se tornan cloróticas y luego  blanquecinas. En verano suele desarrollarse con gran rapidez. Es  una plaga muy resistente y se debe utilizar un azufre como base química o un piretroide.

- Cochinillas: insectos poco móviles que presentan filamentos blanquecinos sobre el dorso. Suelen atacar más en ambientes cálidos y algo secos. 

Enfermedades

- Cymbidium Mosaic potexvirus (CyMV): en el género Cymbidium: al principio aparece un mosaico difuso y pequeñas manchas decoloradas internerviales sobre las hojas jóvenes. A continuación se extienden estrías de forma regular sobre la superficie del limbo en bandas de color anaranjado, sobre las dos caras de la hoja. Sobre las flores producen estrías necróticas sobre los pétalos o los sépalos. En el género Cattleya: los síntomas se presentan sobre las hojas completamente desarrolladas manchas irregulares y las hojas más viejas amarillean y terminan cayéndose. En este género es donde los síntomas sobre las flores son más graves. En el género Phalaenopsis: primero se producen decoloraciones en el envés de las hojas en vías de crecimiento, llegando a ser necróticos los tejidos. Las hojas acaban tomando una coloración amarilla y terminan por caer. Sobre las flores provoca a veces pequeñas manchas puntiformes de color negro.

- Odontoglossum ringspot tobamovirus (ORSV): este virus produce anomalías en la pigmentación variando de intensidad incluso sobre diferentes flores de una misma planta infectada. El color uniforma de los pétalos y de los sépalos, sobre todo en los cultivares de color rosado, aparece estriado con líneas sinuosas decoloradas o, por el contrario, más oscuras además pueden manifestarse deformaciones florales. El número de escapos florales y el tamaño de las flores quedan reducidos y la duración de la vida de la flor cortada disminuye.

 - Pythium: en las raíces producen pudriciones de color oscuro, normalmente secas. En la parte aérea se produce un debilitamiento general, debido al mal funcionamiento de la raíz. Además la planta no se arraiga bien al sustrato, pues queda como suelta. Se recomienda el uso de Carbendazin, Benomilo, Tiofanato, Tebuconazol + Triadimenol.

 - Cercospora y Rhizoctonia: en las hojas y tallos se observan lesiones redondeadas y alargadas, algunas de ellas con bordes definidos en los cuales el tejido muere y se torna de color marrón oscuro. Cuando el ataque es muy severo puede afectar a toda la hoja y la planta muere. Se puede aplicar Carbendazin, Mancozeb, Ziram y Propineb.

 ORQUÍDEAS SILVESTRES

Cuando no disponemos de invernadero, pero queremos disfrutar de la belleza que brindan las flores de las orquídeas, podemos recurrir a la flora autóctona, que aunque es menos espectacular que la topical, no es menos hermosa. No son plantas que crezcan comúnmente en Europa, a excepción de las orquídeas terrestres cuyo sistema radicular se encuentra bajo tierra, crecen en bosques abiertos junto con especies caducifolias como el roble o el haya, prados húmedos de alta montaña, o incluso márgenes de riachuelos o lagos ricos en humus. La Oprhys speculum, se cría en lugares secos y calizos.

En nuestros campos y bosques se dan más de 100 especies diferentes, aunque la mayoría no superan los 25 centímetros de altura. Entre las especies más bellas y de mayor porte destacan:

- Orchis mascula, con tallos de hasta 60 centímetros y pequeñas flores rosas motedas de púrpura

- Ophrys speculum, de hasta 30 centímetros de altura y flores cuya forma recuerda a una abeja.

- Orchis italica, con flores de hasta 2 centímetros de diámetro y coloración sonrosada

- Serapias lingua, de 30 centímetros de altura y dotada de flores pequeñas, pero muy atractivas.